lunes

Calidad educativa



Quienes están interesados en elevar la calidad educativa y ubican al país en el ámbito de la competencia internacional dentro de la globalización, coinciden en que México no sólo tiene que sumar esfuerzos en esa dirección, sino que, además, debe hacerlo de manera urgente, porque la transformación de nuestro modelo educativo es una tarea tan compleja como la propia
extensión territorial del país.Está claro, entonces, que se requiere la intervención de los tres órdenes de gobierno, autoridades educativas, federales y estatales, además de padres de familia, empresarios,
organizaciones civiles, investigadores, académicos, medios de comunicación y, por supuesto, de los actores fundamentales
del proceso educativo: los maestros.Según lo han reconocido el gobierno federal y el Sindicato
Nacional de Trabajadores de la Educación (snte) con
la firma de la Alianza por la Calidad de la Educación (apce),
se pretende alentar una amplia movilización de la sociedad,
para que ésta haga suyos los compromisos que se derivarán
del mencionado acuerdo que busca la transformación del
sistema educativo nacional, en términos de equidad y calidad,
así como generar las condiciones necesarias para un
desarrollo integral de la sociedad.
Como señalaron el gobierno federal y el snte, la Alianza es
producto de amplias consultas y propuestas reflejadas en el
Plan Nacional de Desarrollo, el Programa Sectorial de Educación
y el iv Congreso Nacional de Educación organizado
por el magisterio, sustentado en cinco ejes, que implican una
importante inversión de recursos en, por ejemplo, el mantenimiento
y la mejora de la infraestructura escolar, la asignación
de recursos a los programas de actualización docente
y nuevas tecnologías.

Un reto de esta Alianza, desde luego, es el escepticismo
con el que la han recibido algunos sectores académicos,
aunque la iniciativa privada, las asociaciones de padres de
familia, las instituciones financieras y de cooperación internacional,
los analistas y las organizaciones civiles han celebrado
su formalización.

Desde esta perspectiva, resulta muy importante el compromiso
que han expresado quince organismos civiles y de
padres de familia a favor de una calidad educativa, al conformar
el Consejo Ciudadano Autónomo para el Seguimiento
y Contraloría Social de la apce, con el propósito de fomentar
la participación ciudadana en el diseño, seguimiento y evaluación
del acuerdo, dentro de un marco de transparencia y
rendición de cuentas.
Las cifras son elocuentes: en el país hay 27 mil 162 escuelas
públicas de educación básica en mal estado y sin mobiliario
o infraestructura, que atienden a más de 2 millones
620 mil alumnos; 155 mil aulas escolares carecen de equipos
tecnológicos; además, se estima que la obesidad en infantes
de 5 a 11 años es de 10,4% en niñas y 25,9% en niños, lo que
representa 4,5 millones de escolares con este mal.
Consciente de esta circunstancia, az da paso a los especialistas
para que aborden la factibilidad de la Alianza.
Una entrevista con el subsecretario de Educación Básica
de la Secretaría de Educación Pública (sep), Fernando González
Sánchez, nos proporciona un balance de la educación
pública en el país.
Carlos Muñoz Izquierdo, Director del Instituto de Investigaciones
para el Desarrollo de la Universidad Iberoamericana,
analiza los alcances de la Alianza y los asuntos no
considerados.
Por su parte Aurora Loyo-Brambila, del Instituto de Investigaciones
Sociales de la unam, plantea la necesidad de una
reforma educativa gradual y señala los desafíos de la Alianza
educativa. Completa este segmento una reflexión del snte
sobre el acuerdo educativo.


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