Sobre competencia en la gestión de la Educación

La educación no es el problema, es la solución. La gestión de la educación es complicada, pero en ningún caso debe obstaculizar la consecución de la mejor educación para nuestro alumnado, y mal haría la Administración educativa si por mejorar la gestión no contribuyese a la mejora de la educación. Esta mejora es evidente en Euskadi en los últimos años, como lo demuestran evaluaciones y organismos nacionales e internacionales que han reconocido el alto nivel de competencia y los buenos resultados obtenidos por el alumnado de los centros educativos vascos.
Como es bien sabido, la gestión de la educación conlleva unas exigencias administrativas que afectan al nivel de autonomía de los centros por cuanto que les suponen servidumbres administrativas garantizadoras de derechos, pero que son percibidas por los centros, frecuentemente, como limitadoras de su gestión y entorpecedoras del objetivo final: la mejor educación para el alumnado vasco. Por ello, el Departamento de Educación, Universidades e Investigación siempre ha dado preferencia a la solución de los problemas que afectan directamente al hecho educativo frente a las demoras en la publicación oficial de la regulación normativa o la recogida de datos estadísticos. Y por ello, siempre hemos preferido agotar la negociación del currículo vasco entre los agentes educativos, para así conseguir, como efectivamente se consiguió, el apoyo de la inmensa mayoría de implicados en la educación vasca: padres y madres, directores y directoras, asociaciones de centros públicos y privados, etc.
Unas negociaciones tan complejas como las llevadas a cabo, en ningún momento han supuesto que los centros hayan estado desasistidos, como parece sugerir un reciente escrito publicado en El Diario Vasco por profesores y profesoras del Colegio Público Zuhaizti de Donostia. Cuando se afirma que el currículo vasco se publicó en el BOPV en noviembre, mientras que el curso había comenzado en septiembre, sugiriendo desconocimiento por parte de los centros, no es cierto. Todos los centros han dispuesto durante el curso 2006/07 del proyecto de Decreto, que fue expuesto públicamente y sometido a las sugerencias de todas las personas que quisieron participar en su elaboración. Se oculta que este currículo fue expuesto públicamente en el Palacio Euskalduna, en sesión abierta a todos los centros educativos, la primera semana de julio; se oculta que fue enviado a todos los centros por correo electrónico a finales de agosto y se oculta que en los primeros días de septiembre y durante todo el primer trimestre se realizó una intensiva labor de difusión por parte de los asesores y asesoras de Berritzegune.
Exactamente lo mismo se puede decir con respecto a la normativa sobre evaluación del alumnado. Todos los centros dispusieron a tiempo de toda la documentación y normas necesarias para proceder a las evaluaciones finales del alumnado. De hecho no se planteó por ningún centro el menor problema y formalizaron toda la documentación sobre la evaluación en el formato electrónico que les fue remitido desde el Departamento de Educación, Universidades e Investigación.
Cuando en el citado escrito se argumenta que el alumnado del 4º curso de E. Primaria va a ser sometido a una prueba de evaluación diagnóstica y que no están claras las competencias que deben demostrar, se ignora el trabajo desarrollado por la Inspección de Educación, los asesores de Berritzegune y el propio ISEI-IVEI explicando centro a centro el sentido de la evaluación que se va a realizar. Además, el Instituto de Evaluación ha publicado modelos de ítems, para que los centros conozcan el modelo de la prueba. Lo que el Departamento de Educación, Universidades e Investigación no va a hacer, porque iría frontalmente contra el principio de autonomía de los centros, es decir a los profesores y profesoras cómo deben hacer la distribución de los contenidos del currículo básico en cada uno de los cursos. Este principio de autonomía pedagógica es apoyado por la práctica totalidad de los centros educativos.
Al tratarse de una evaluación censal, que afecta a todo el alumnado, será todo el alumnado el que realice la prueba, con la salvedad de quienes lleven menos de un año en el sistema educativo vasco. La evaluación diagnóstica se basa en las competencias desarrolladas en el currículo, pero como ocurre con todas las pruebas que evalúan competencias, está desvinculada del nivel de desarrollo específico de contenidos en cada centro escolar. Esto es así porque no pretende valorar la profundidad de los conocimientos, sino la capacidad del alumnado para seleccionarlos y aplicarlos para resolver problemas en diferentes contextos. Además, la evaluación diagnóstica no intenta ni puede evaluar todo lo que se hace y se trabaja en los centros, es sólo una fotografía parcial de una realidad que necesariamente ha de ser interpretada y valorada desde el propio contexto escolar. Evidentemente, la explotación de los resultados tendrá en cuenta todas las variables que inciden en los mismos. Una de ellas es la del número de inmigrantes por aula, pero existen muchas otras que también serán tenidas en cuenta. Y ello con el único objetivo de mejorar la educación a partir de la realidad educativa de cada centro.
¿Se puede poner en duda el esfuerzo del Departamento de Educación, Universidades e Investigación para conseguir unos centros educativos que vivan la realidad de la Sociedad de la Información?
Los Centros Educativos de Euskadi cuentan de manera generalizada con una adecuada infraestructura en cuanto a equipamiento y conectividad. Muchos de ellos, incluso, han avanzado en la utilización de aplicaciones y sistemas tanto para soportar la función estrictamente docente como para la gestión de su actividad. Por otra parte, la implantación generalizada de sistemas de excelencia en la gestión en centros educativos, ofrece un excelente ejemplo de implantación de iniciativas de modernización en éstos, sobre la base de un modelo y unas herramientas para el desarrollo del mismo.
Todo ello conforma una excelente base para emprender una acción decidida tendente a alcanzar el objetivo básico de lograr una utilización intensiva y extensiva de las TIC en todas las funciones que debe llevar a cabo un centro educativo.
El Departamento de Educación, Universidades e Investigación persigue la calidad del sistema educativo vasco, y para ello pone al servicio de los centros educativos todos los recursos que la hacen posible, contando con la disposición y formación excelente del profesorado que utiliza dichos recursos.